verano

Las regiones más auténticas de España para disfrutar de las vacaciones de verano son los parques nacionales. Los turistas no vienen a este país solo para gozar de sus playas y su clima espléndido en el verano, pues también cambian sus rutas de arena por caminatas en esos senderos míticos donde tantos han gozado de una vida al aire libre y han disfrutado de la libertad emocional.

Sexo en verano
Sexo en verano

Existen excursiones programadas pero hay otras que puedes hacer por la libre, sin tener que ir con el grupo, si es tu deseo. Porque si lo que deseas es disfrutar de una aventura con sexo y mucha experiencia vigorizante, hacer el recorrido entre dos, o entre cuatro, porque pueden ir también dos parejas o más parejas, cada una a lo suyo o intercambiar, que también es válido en plena naturaleza. Todo lo que hagas, sea más conservador o más liberal, conlleva el brío más atrevido para el disfrute sexual.

Una vez encaminados en la ruta, los momentos de descanso son perfectos para el goce de los cuerpos, para quitarte la ropa y quedarte desnudos a la sombra de una árbol o de algún parapeto que encuentren, ¿imaginas cómo se sentirán, en las alturas o barrancos, disfrutando de la naturaleza en la piel y de una relación sexual atrevida?

Si deseas disfrutar más allá de lo permitido por una caminata, lánzate a la aventura en un cuatro por cuatro, eso sí, siempre con tu pareja. El hecho de estar en medio del paisaje y tener la sensación de la soledad en su contorno potencia el deseo sexual, sobre todo, si se dan estas dos situaciones: son una pareja ocasional de verano o son una pareja que ya está viviendo la rutina sexual.

Muchas personas olvidan que el lugar a donde se vaya excita e invita a tener una relación sexual. El calor permite la poca ropa y alejarse de las grandes concentraciones de personas de las playas, es una bexcelente opción también para disfrutar una auténtica aventura.

Deseabas con locura que llegara el verano para lucir cuerpazo, pasearte por la arena en bikini, y conquistar a algún chico guapete que estuviera también de caza, pero..¡ay!, no has logrado más que unas vueltas de cabeza a tu lado.

Este ejemplo sucede a menudo, y es que como tú hay miles de chicas en lo mismo: cuerpazo, bikini, paseo, y ya. Los chicos parece que se aburren de estas pasarelas de arena, de tantas y tantas modelos. El problema radica en que hay que buscar algo que atraiga las miradas y levante el entusiasmo de esos soñolientos que también posan sus bíceps en la arena.

La opción está bien clara, ¡hay que demostrar originalidad, o al menos, salir del lado común y acudir a los ejercicios que se  practican en la playa!. Por un lado, atraes más miradas, te valoran también más, ejercitas tu cuerpo y lo  mejor de todo..¡te llegará a importar un bledo encontrar un chico! el motivo está claro, tendrás una pasión que te engrandece sin necesidad de los yogurines a tu lado.

Practicar deportes de verano es un atractivo perfecto para el ligue, los chicos prefieren a las atrevidas, las demás, las comunes, esas que van por la orilla de la playa para aquí y para allá, no atraen como no sea para el sexo de un rato y si te he visto no me acuerdo.

El apetito nos juega una mala pasada en el verano por diversas causas y al final, terminamos con unos kilos demás sin quererlo, y lo que es peor, sin haber disfrutado de los excesos.

Los culpables del aumento de peso en esta temporada son los siguientes, presta atención.

La sed. Cuando tenemos sed y no logramos erradicarla de una vez, acabamos comiendo lo que aparezca, como consecuencia de esa necesidad de beber. En esos momentos, solo necesitas líquidos, pero terminas con alimentos sólidos que por muy pocas calorías que aporten, siempre suman a tu ingesta.

Comer bollerías. Estos alimentos no sacian el hambre, solo lo hacen por muy poco tiempo, porque el cuerpo asimila muy rápido las grasas saturadas y el azúcar. Es el motivo por el que terminas con hambre de nuevo, y tienes que ingerir alimentos que no serían necesarios en caso de comer los adecuados.

Volar el desayuno. Conozco varias personas que no desayunan, por las prisas o porque amanecen sin deseos. Cuando esto sucede, a las pocas horas, el hambre es mayor y se recurre a bollería o a carbohidratos porque no es hora aún de comer, una tendencia que lleva a los alimentos muy calóricos.

El verano exige recetas muy hidratantes pero también apetitosas. Cuando se habla de esta temporada se disparan las ensaladas, pero no es solo lo que debe primar en la mesa porque suelen aburrir hasta el cansancio.

Una receta que puede resultar muy económica y digerible es la crema de zanahorias y naranjas.

Para hacerla, cuece 5 zanahorias de tamaña mediano con caldo de pollo, al que habrás añadido sal y un poco de pimienta. Una vez tiernas, agrégales un quesito fresco y el zumo de tres naranjas. Tritura todo en la batidora brevemente, y ya. La puedes servir fría o caliente, aunque mi consejo es que pongas en el frigorífico y una vez a esta temperatura, servir en la cena o en la comida como primer plato. En la cena puedes comerla solo acompañada con una rodaja de pan.