Llega un momento en la madurez sexual de todo hombre, que si no ha probado ciertas posturas, su cabeza comienza a martillearle incitándole a que explore más. Se enciende el fuego de vida. Y necesita disfrutar de nuevas formas de darse placer.

Una de las prácticas que más suele rondar por su cabeza, sobre todo si aún no la ha probado, es la de tener sexo anal. En el caso de los heterosexuales, ésta se convierte en una de sus fantasías sexuales favoritas. Se sienten atraídos por la posibilidad de tener acceso a una parte tan “privada e inaccesible” como es el trasero de una mujer.

Aunque ese hombre lo haya visto hacer múltiples de veces en una peli porno, e incluso haya hablado de sexo anal con sus amigos, es posible que no se atreva a dar el salto porque su pareja no quiere o simplemente porque nunca encuentra el momento adecuado de proponerlo. En estos casos, no hay que darse por vencido y lanzarse a  vivir nuevas experiencias.

El mejor sexo erótico posiblemente sea aquel en que el hombre tiene completamente el poder.  Su ego se enciende porque controla la situación ya que él es el que maneja el nivel y los ritmos de penetración. Y el sexo anal permite precisamente esto.

Antes de practicarlo, te recomendamos pruebes a estimular la zona del ano de ella con algún juguete sexual. Las relaciones por detrás son un tema tabú para muchas mujeres, pero si primero probáis con algún artilugio os ayudará a ir preparando el terreno. Algunos de ellos son los tapones anales, las bolas anales y los dildos anales.

Una vez habéis decidido poneros manos a la obra, primero de todo tienes que conocer dos cuidados higiénico muy importantes. Primero, el ano debe estar limpio (agua y jabón es suficiente) y también conviene que lo esté el recto.

Y segundo, recuerda no utilizar el mismo condón para el ano que para la vagina.  Ya que en el recto  crecen bacterias y estarías pasándolas a una zona donde no deberían haber, lo que podría desencadenar  una infección vaginal importante.

También puedes seguir estos 3 consejos que te ayudarán a sacar el máximo partido a ese encuentro tan íntimo:

  • Relajación: Como el ano es un esfínter muscular, requiere de bastante relajación. Además, necesitarás un lubricante, ya que el ano no se puede lubricar solo. Así la penetración será menos dolorosa.
  • Penetración: A la hora de la penetración no debe primar la desesperación. Debe ser calmado y paulatino. Por eso, a veces es recomendable primero dilatar el ano con el dedo.
  • Clítoris: Para que las mujeres alcancen el orgasmo con el sexo anal debe añadirse estimulación al clítoris. Es decir, que mientras se practica el sexo anal ellas deben masturbarse para lograr el orgasmo.

Chica penetrada por el ano
Chica penetrada por el ano mientras se acaricia el clítoris

 

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