Por muy controlado que creas tener todo lo que envuelve una primera cita, siempre hay cosas que no se pueden dominar con anterioridad, por ejemplo: «lo que se va a hablar». Puede que tengas una idea de los temas que te gustarían sacar durante el encuentro, pero va a depender del momento y de las circunstancias. Aún así, conviene resaltar ciertos temas que es mejor no hablarlos en una primera cita.
– Política. La buena educación ya te aconseja que no trates de temas políticos en ninguna reunión social (a no ser que sea una reunión con fines políticos, entonces sí). Es muy lícito hablar de tus sentimientos e ideas políticas, pero nadie te asegura que vayas a coincidir con la otra persona. Pueden ocurrir varias situaciones: que la otra persona se incomode, que no quiera decir su inclinación política, que no le interese, o que sea contraria a tus ideales (en ese caso pasará de charla a discusión, prepárate). Quizá es preferible comenzar con preguntas sobre distintos temas actuales, tratándolos por encima, pero que te puedan orientar sobre lo que la otra persona piensa.
– Religión. Sin lugar a dudas es otro tema conflictivo, pero además en este caso, hay mucha gente que prefiere vivir su espiritualidad de una forma muy íntima, con lo cual, ante tus preguntas, o se molestará, o te mentirá. Y ya sabemos que las mentiras no es una buena forma de conocer a una persona.
– Sexo. Está claro que si estamos conociendo a una persona el sexo y todo lo que tenga que ver con él, será lo que más nos interese de todo. Eso no quiere decir que tengamos el derecho de incomodar a la otra persona hablando de su sexualidad, o de la tuya. Quizá, en este tema, es mejor empezar descubriendo con la práctica, y poco a poco, a medida que la relación avance y tengáis más confianza, comiencen las preguntas sobre este tema.
Independientemente de que existan asuntos que conviene no sacar durante una primera cita, hay múltiples y variados temas de los que sí que podemos hacer uso cuando nos encontremos frente a la otra persona. Por ejemplo, podemos hablar de cosas que le hagan reír (le harán sentirse relajado y podrás disfrutar de su humor), de su último viaje (descubrirás si le gusta viajar y puede que te cuente alguna anécdota), o de qué trabaja (te mostrará aspectos de su personalidad que puede que te interesen).