Las 5 parafilias sexuales más comunes

Todo hemos oído hablar de alguna que otra parafilia sexual y, aunque existen una gran cantidad de ellas, hay 5 que son las más comunes o habituales. Las parafilias sexuales se definen como conductas sexuales que se alejan de lo que se consideran prácticas normales en la sociedad. Y seguramente más de uno se sorprenderá al conocer las más comunes.

Exhibicionismo

Es la más común de las parafilias sexuales y se caracteriza por sentir el impulso, fantasear sobre ello e incluso llegar a exhibir los genitales propios a personas desconocidas por sorpresa. Esta parafilia suele aparecer con la mayoría de edad y es más frecuente entre los 20 y los 40 años. El exhibicionista suele ser un hombre heterosexual y, en muchas ocasiones, casado. Aunque se debate sobre las causas originarias de esta parafilia, los que la sufren suelen ser personas con una autoestima y confianza muy bajas.

Fetichismo

Posiblemente esta es la más conocida de las parafilias y consiste en conseguir la excitación sexual mediante la fantasía o el uso de objetos inanimados fetiche. Habitualmente se trata de ropa interior femenina, zapatos u otra prenda de vestir. En este caso también suele darse en hombres heterosexuales y normalmente se mantiene de por vida. Es una de las parafilias sexuales que menos repercusiones negativas suele conllevar en el plano personal, laboral y afectivo.

Froteurismo

Las personas que conviven con esta parafilia sexual sienten el deseo de fantasear con ello o llevar a cabo roces y tocamientos a otras personas en contra de su voluntad. Lo peculiar del froteurismo es que suele darse entre los 15 y los 25 años y tiende a reducirse o desaparecer en edades más avanzadas.

Masoquismo sexual

Esta es otra de las fantasías sexuales más conocidas, en la que se presenta el deseo de ser humillado, maltratado físicamente, atado o cualquier otra forma de sufrimiento y puede llegar a implicar un peligro real para la salud. Esta parafilia suele darse de por vida y la gravedad de los actos masoquistas crece con la edad o en situaciones de estrés. Los estudios indican que las fantasías masoquistas pueden empezar a aparecer ya en la infancia, aunque no se hacen efectivas hasta la edad adulta.

Sadismo sexual

Es la parte opuesta al masoquismo sexual dentro de las parafilias sexuales. En este caso se obtiene satisfacción sexual humillando y maltratando física y psicológicamente a otras personas. Al igual que en el caso anterior, las fantasías sádicas empiezan a aparecer en la infancia pero no se hacen efectivas hasta la edad adulta. Suele darse de por vida.

Cómo ser irresistible en la cama

¿Quién no desea ser el mejor amante y resultar irresistible en la cama para cualquiera? Todos sabemos cómo se hace, algunos sabemos cómo se hace bien, pero pocos son los que resultan totalmente irresistibles en la cama. Esto es debido a que en nuestras primeras experiencias sexuales establecemos un patrón que nos satisface y parece satisfacer a nuestra pareja, de manera que seguimos repitiéndolo una y otra vez. Y, a menos que encontremos una pareja muy creativa y activa en la cama, lo más habitual es que terminemos por hacer siempre lo mismo y de la misma manera en la cama.

Si quieres ser irresistible para tu pareja o tus ligues y darles sesiones de sexo completamente inolvidables, hay algunos consejos que debes seguir y probar una y otra vez hasta que los domines. No subestimes el poder de trucos que no llevamos a cabo por pereza y que pueden hacer ver el cielo a nuestra pareja sexual, convirtiéndonos inmediatamente en un polvo inolvidable e irresistible.

Prepárate para aprender cómo ser irresistible en la cama:

1. Prepárate tú y prepara la ambientación. En el sexo todos los sentidos cuentan, y el estado de ánimo con el que empecemos puede marcar lo bien o mal que va a ir todo en la cama. Si te pones ropa interior y exterior atractiva, arreglas tu vello corporal y te das un buen baño y perfume antes de ver a tu pareja, será inevitable que te tenga ganas nada más verte. Si, además, puedes preparar la ambientación de la habitación, todo fluirá genial: sábanas limpias y suaves, media luz, tal vez velas aromáticas…

2. Haz preliminares creativos. Como siempre decimos, los preliminares son posiblemente el factor más importante en una relación sexual. Éstos marcarán tu éxito o fracaso en la cama, así que vale la pena dedicarle un buen rato y, por qué no, hacerlos creativos.

Puedes empezar con un masaje con aceites aromáticos que se va poniendo cada vez más caliente, acariciar todo su cuerpo y poner especial énfasis en los puntos erógenos. Saber qué le gusta más a tu pareja te permitirá llevar a cabo sus preferencias y que se ponga a tope más fácilmente.

3. Descubre qué le gusta y qué no. Hay personas que tienen preferencias muy claras y otras cosas que detestan. Generalizar sin conocer puede llevarnos al fracaso, por lo que ir preguntándole te ahorrará trabajo en vano. Por ejemplo, puedes ir probando cosas y preguntándole si le gusta o qué le gusta más. Tal vez te sorprenda con que le excita mucho que le acaricien los brazos o que odia el sexo oral. ¡Nunca se sabe!

4. Ve de menos a más y cambia de postura. Lo ideal para asegurar un clímax espectacular es ir poco a poco de menos a más. Si empezamos a tope, puede que la otra persona no esté en el mismo punto que nosotros y que terminemos mucho antes.

Empieza con sexo oral muy suave y caricias, alternando con masturbaciones mutuas. Luego ve probando diferentes posturas hasta que descubras cuál le proporciona mayor placer (lo notarás y, si no, preguntas) y cuando lo veas claro puedes empezar el sprint final hasta hacerle ver el cielo y las estrellas.

Cambia de postura (perrito)

Excitar mujeres

Cuando llega la ocasión perfecta, a muchos chicos a menudo les falla aquello de encontrar el botón de encendido de su pareja. Cómo excitar a una mujer parece algo natural, y en realidad lo es, pero puede que no estemos siguiendo los pasos adecuados para que la misión sea todo un éxito, sino más bien algún desafortunado consejo que otro: ¿lo has pensado alguna vez?

Punto 1. Olvídate de todo lo que te han dicho tus amigos.

Si no sabes cómo excitar a una mujer, y no tienes la certeza de que estás delante de un verdadero fucker, muy probablemente tus colegas sepan tan poco como tú. Por eso pasa del tema: no, fuera de las pelis porno no es cosa de darle la vuelta a la chica y al lío, ni de cogerla y empotrarla contra la pared de un baño o de la casa.

Aquello de ser el más bruto del barrio o emular RedTube no va a funcionarte, así que sigue estos consejos y luego nos cuentas, ¿vale?

Aprovecha la tensión sexual

Para empezar, deja de hablar, y hablar. A veces, cuando dos personas se gustan, hay un silencio; quítale responsabilidad y pásasela a ella; presta atención, mírala, espera, y cuando ella retome la conversación, esa tensión sexual habrá crecido y tú estarás un paso más cerca.

En la misma línea largas miradas, el silencio, las caricias sutiles (¡sutiles!) y un poco de cara de póker al principio son buenas cartas a las que dar uso.

Eso no soluciona el cómo excitar a una mujer, listillo

Tienes razón. Estamos poniendo las bases, ya sabes. Ahora piensa en las mejores zonas que puedes acariciar y besar; y empieza poco a poco, controla el ritmo mientras te mueves por sus cabellos, su cara, su cuello, orejas… Pasa de las zonas más obvias al principio, y cuando llegues a ellas sigue recordándote aquello de que esto no es una peli porno.

Por regla general, tenemos muy claras las zonas más sexuales, pero estas no tienen por qué ser las más eróticas (hay chicas a las que les encanta que les acaricien la espalda, las muñecas…). Después, no te apresures. Piensa que los tiempos de preliminares, aunque varían, suelen ir de los 15 a los 30 minutos: haz que suplique antes de ir más allá. Y ahora sí, disfrutad al máximo.

Bisexualidad adolescente

¿Sabías que los últimos estudios sobre sexualidad han confirmado que esta se determina durante la adolescencia? Así, es muy habitual que entre los doce y los diecisiete o dieciocho años los más jóvenes empiecen a descubrir su verdadera atracción por uno u el otro sexo y, muy a menudo, por ambos.

Este mismo periodo, que puede alargarse hasta la universidad, también es el momento donde todas aquellas personas que mantienen una primera sexualidad empiezan a probar con personas de su mismo sexo. En EE. UU., por ejemplo, 10 de cada 100 adolescentes han mantenido relaciones homosexuales y/o bisexuales, lo que indica que las cifras son notablemente altas.

La realidad es que, hoy día, una mayor aceptación entre la sociedad y más presencia de la homosexualidad y las sexualidades en los medios hacen que los más jóvenes no sientan el mismo rechazo que hace veinte, treinta o cincuenta años atrás, lo que permite una mayor experimentación en esos momentos más cruciales de nuestras vidas.

Varios sexólogos españoles han llegado a afirmar que en ambientes liberales en materia sexual, como el que hemos conseguido crear en España, la bisexualidad siga siendo más aceptada que la homosexualidad en un primer momento con esa idea positiva de flexibilidad.

De cualquier modo, hablamos de una época de nuestras vidas en la que experimentar tampoco supone tener que salir del armario y que, consciente o inconscientemente, sabemos que no determina nuestras relaciones a medio y largo plazo. Al contrario, ser heterosexual, homosexual o bisexual no puede entenderse como un punto de no retorno (y mucho menos durante los primeros años de vida), sino como un periodo de tiempo en el que desde la infancia hasta finales de la adolescencia e incluso inicios de la edad adulta se compone la verdadera sexualidad.

Por todo ello, no deberíamos sorprendernos que con una mayor aceptación, las relaciones bisexuales y homosexuales durante la adolescencia siguiesen aumentando. ¿O no recuerdas aquello que nos explicaban en el colegio de que, según Freud, todos nacemos bisexuales? Nos tomemos en serio o no esto (la verdad es que tampoco hay pruebas contundentes sobre el tema), lo que sí es cierto es que ser bisexual no solo consiste en sentirse atraídos tanto por chicos y chicas, sino también en poder sentir amor por los dos sexos o sentir una pertenencia de grupo, factores que están muy relacionados con la cultura, la educación sexual y la libertad de la que cada uno de nosotros dispone.

¿Y tú qué opinas? ¿Crees que es mejor tener relaciones bisexuales directamente o esperar a tener una opinión más clara sobre el tema cuando las hormonas no están disparadas?