Un remedio muy eficaz para exfoliar la piel y dar suavidad a todo el cuerpo, es el uso una vez a la semana de una crema a base de leche entera o de yogurt.
La historia recoge la anécdota de que la reina egipcia Cleopatra ase bañaba con leche de cabra para lucir una piel más tersa y suave. De esto hace cerca de 20 siglos, ¿se equivocaba esta reina en sus rutinas cotidianas para la belleza? No, no se equivocaba, está comprobado que la leche o el yogurt, recomendado como mejor alternativa, son excelentes sustitutos de las cremas a base de leche de coco, de almendras, de cabra y de otras más.
El ácido láctico de estos productos es excelente como exfoliante, además de que la grasa natural de la leche hidrata y nutre la piel. Y si te preguntas cómo es posible que el olor a leche no quede, estamos hablando de una capa para luego de 30 minutos en reposo, quitarla con un poco de gel y una buena ducha fría. Es un procedimiento sencillo y sale muy barato.
Ya en la antigüedad los campesinos del norte de las montañas del Cáucaso preparaban una bebida llamada ayrag, más conocida como kumis , dejando la leche remansada en odres fabricados con piel de cabra los cuales nunca se lavaban. Según la estación, los colgaban cerca de la puerta de la casa, en el exterior o el interior. Se añadía leche fresca para reemplazar al ayrag que se iba consumiendo según se iba desarrollando la fermentación. En cierto momento observaron que la corteza esponjosa y blanquecina de la pared interior de la piel era capaz, si se le añadía leche, de dar una bebida distinta y mejorada del ayrag original, la cual se denominó Kéfir (Képhir, Képhyr, Kefir).