Una de las primeras acciones que se aprende es el abrazo. A este acto tan importante acostumbran los padres y familiares, casi sin proponérselo. Otros no saben la necesidad que hay entre los miembros de la familia de esa expresión de cariño.

El abrazo posee un carácter afectivo peculiar, casi siempre ligado a las emociones, los sentimientos, actitudes y hechos que provocan sensaciones placenteras. Este proporciona una fuerza considerable en las relaciones humanas.

La familia convive en comunicación y en ese ambiente natural por excelencia, se aprenden actuaciones en el orden afectivo que son esenciales para el fortalecimiento de los vínculos de unidad, para conocer al otro con el que se convive.

La relación afectiva entre los miembros de la familia no debe limitarse a la fría proximidad del espacio físico, sino a compartir y trasmitir amor. Para algunos niños, la falta de abrazos es el peor de los castigos, aunque no siempre lo manifiesten abiertamente.

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  1. çusque siempre una mujer que fuera xcapaz de abrazarme en las verdes y en las maduras por suerte la encontre

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