Sexo y manías

Conocí a una chica que era muy guapa y solía ser divertida para el grupo de amigos, parecía una chica ideal aunque con un problema, según su pareja en aquellos tiempos, tenía manía de limpieza.

Al ser tan detallista en ese sentido, era incapaz de beber la cerveza en los vasos del bar, ni de ir siquiera a un aseo público por muy limpio que estuviera y en su casa, el olor a limpio era enfermizo para los alérgicos, el olor de sus desinfestantes estaban por doquier.

Hace poco, leí un artículo de un psicoanalista que señalaba esta manía de limpieza obsesiva, en la mayoría de los casos esconde un problema sexual que ni la propia persona era capaz de identificar. Lo asocia con algún sentimiento de culpa, con algún tabú sexual que tenga muy arraigado y esta mujer no ve otra manera de saciar sus miedos que impregnándose de esta obsesión, es como limpiar su propio cuerpo de lo que la ensucia.

También añadía que si tenía algún deseo con fuerza y no podía solucionarlo, trataba de desbordar ese deseo comprimido en algo que le diera actividad y que no fuera caer en drogas, ni en vicios como la bebida y el tabaco.

Las mujeres con esta manía, también sufren el rechazo o la indiferencia de su pareja, por eso son capaces de volcar su molestia y sus deseos irrefrenables de discutir pasándose el día fregando, limpiando el piso o los baños, imponiendo sus hábitos de limpieza a los demás y peleando constantemente con el pretexto de que no cuidan su esfuerzo, cuando, realmente, es un pretexto para soltar sus odios.

Si tu pareja es así, con tanta obsesión por la limpieza, hay un consejo que no falla para que se esté tranquila, al menos por un día: ten una relación sexual con ella bien fuerte, que se agote y quede satisfecha y más que satisfecha. Verás que al levantarse de la cama, deja tirados por la habitación todo lo que usaron y se pone a cantar, o por lo menos, a sonreír, la casa se queda olvidada por un tiempo y su atención solo será para ti para darte muchos mimos, ¡si lo supiera yo!