Existen parejas que se atraen físicamente, se gustan e incluso son compatibles en muchos aspectos de la vida. Sin embargo, una compatibilidad emocional no asegura una compatibilidad sexual. Ésta se entiende como el entendimiento de las dos partes a nivel sexual, con unas expectativas y un nivel de habilidad similares. Existen diferentes motivos por los que puede haber incompatibilidad sexual:

1. Diferentes grados de deseo: cuando uno de los miembros de la pareja es más sexual y tiene mayor apetito que el otro. Esto lleva a que la parte que tiene mayor deseo se sienta insatisfecha continuamente al no ver sus expectativas cumplidas y la parte con menor deseo se sienta culpable y agobiada por no querer practicar más sexo.

2. Deseo en momentos diferentes del día: esta incompatibilidad sexual se da porque cada uno de los miembros de la pareja siente deseo en un momento diferente del día. Hay personas que tienen un mayor apetito por la mañana, otros por la tarde y otros por la noche. Cuando la diferencia entre los dos es muy marcada, puede llegar a ser un serio problema.

3. Incompatibilidad en el comportamiento sexual: en este caso, aunque se coincida en el grado de deseo y en el momento del día, ocurre que el comportamiento sexual de una o ambas partes no satisface a su pareja. Las posturas, las prácticas o los tiempos que gustan a uno no coinciden con lo que le gustan al otro.

La incompatibilidad sexual más fácil de solucionar es la del comportamiento sexual, pues con comunicación se puede llegar a entender qué diferencias hay y cómo adaptar los gustos de ambas partes a la rutina sexual. Un problema muy frecuente es que los hombres no dedican el tiempo o el esfuerzo suficientes a los preliminares para que la mujer tenga la excitación necesaria para disfrutar del coito. En otras ocasiones una de las dos partes rechaza el sexo oral, o tal vez una postura sexual concreta que la otra parte disfruta especialmente.

Por lo general, el primer paso para intentar solucionar una incompatibilidad sexual es aumentar el nivel de comunicación y comprensión desde las dos partes de la pareja para así conseguir llegar a un punto de equilibrio que satisfaga a ambos. En caso de que no funcione o que la incompatibilidad sea grave, es recomendable buscar ayuda especializada, médica o psicológica, según cuál se el motivo que produce la incompatibilidad sexual: físico o psicológico.

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