Todos hemos conocido algunas parejas que aseguraban tener relaciones abiertas y felices. Estas parejas son aquellas que, aunque tienen una relación estable e incluso viven juntos o están casados, ambos miembros de la pareja tienen la posibilidad de tener encuentros sexuales con otras personas. Pueden darse diferentes matices, pero esta es la idea básica. Y, aunque suena muy bien, muchas veces es difícil creer que este tipo de relación abierta o liberal no traiga problemas a la pareja.
Para aquellos que solo conocen las opciones de fidelidad o infidelidad, aceptar este tipo de relación como algo posible y, sobre todo, feliz y aceptado por ambas partes, es algo difícil de asumir. Y es comprensible, pues nuestro modelo de sociedad y nuestra cultura nos han inculcado la monogamia y las relaciones estables y fieles como el cénit de la felicidad. Así, cuando oímos hablar de este tipo de relaciones es difícil creer que ambas partes sean felices sabiendo que su pareja tiene relaciones sexuales con otras personas y no solo lo acepten, sino que lo celebren.
Sin embargo, sabiendo que cada vez más gente confiesa que le excita imaginarse o ver a su pareja manteniendo relaciones sexuales con otras personas, no parece tan descabellado llegar a tener una relación abierta. Posiblemente lo más difícil de creer de las relaciones abiertas es que ambas partes estén de acuerdo con ello, pero, ¿por qué no van a emparejarse dos personas con este mismo deseo?
En la era moderna existen tantos tipos de relaciones como personas y puede darse el caso que dos personas sean felices en una relación estable, con confianza y amor mutuos, pero que también deseen tener relaciones sexuales esporádicas con otras personas. A partir de ahí, es una cuestión de confianza que la relación siga adelante felizmente o que los celos y la falta de confianza hagan su aparición y terminen con dicha relación.
Sea como sea, lo que está claro es que para que una relación sea feliz y tenga futuro, ambas partes de la relación deben estar satisfechas sexualmente y felices con lo que les ofrece su pareja, ya que en caso contrario será cuestión de tiempo que uno o ambos busquen otras personas para satisfacer su apetito sexual y vivir su sexualidad plenamente. Así pues, asegúrate de mantener a tu pareja satisfecha y de reclamar lo necesario para estar satisfecho tu mismo y, en caso de no ser posible, tal vez es el momento de plantearse un cambio dentro de la propia relación o fuera de la misma.