Cuando comenzaron a popularizarse los baños de mar, las mujeres europeas tenían mucho cuidado al exponerse al sol. La moda era una piel muy blanca, pues era el color de la aristocracia.

 Para mantenerla llevaban amplios sombreros y hasta sombrillas. De veras que no me imagino a la hora de introducirse en el agua esos accesorios. Y es que la piel bronceada era la de los pobres, porque obreros, campesinos, comerciantes, y por supuesto, vagabundos, tenían que exponerse necesariamente a los rayos solares y sus pieles aparecían “curtidas”, “sucias”, que eran los calificativos que llevaban.

Hoy, llevar un bronceado, es uno de los propósitos de casi todas las mujeres y también de los hombres, los que acuden a los balnearios con el fin de lucir un cuerpo llamativo con ese tono de color…”más subido”.

6 COMMENTS

  1. brocearme todita, eso es lo bueno, de ahí que ande desnudita por toda la playa, y los que no quieran ver, que se tapen los ojos

  2. yo sufro mucho cuando llega el verano, me cuesta trabajo broncearme bien.

  3. ahora esas pieles sucias son las más bellas, y las blancas son un horror.

  4. los sombreros también se llevan mucho ahora, lo que si nos vestidos con trajes de baño bien chiquiticos.

  5. ojalá que no vuelva la moda de las pieles lechosas.

  6. Yo prefiero la piel bronceada, aunque se acabe la moda y se vuelva a considerar la de los obreros, en definitiva, la mayoría lo somos, aun que no trabajemos directamente al sol. Y miren si es linda esa tonalidad, que el guapísimo William Levy, y el español Mario Casas, son dos joyas de cuerpazos donde vemos ese hermosísimo color bronceado, nada, sencillamente, irresistibleeeeeeeeees.

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