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Celos

Tanto si eres tú quien lo sufre como si es tu pareja, hay que intentar huir de esta situación como sea. Suelen sentir celos las personas inseguras que tienen miedo de perder a quien quieren, sin embargo y paradójicamente, los celos terminan por estropear y matar muchas relaciones.

Cuando se sienten celos es realmente difícil controlarlos y cuando se tiene una pareja celosa la frustración es muy grande por no poder calmarlos. En definitiva, se trata de una sensación bastante incontrolable y que causa mucho malestar y dolor, por eso es importante atajar el problema cuanto antes y evitarlos a toda costa.

Sin duda habrá que saber diferenciar entre una persona con celos crónicos o una relación que cause inseguridad. Es decir, si tú nunca has sentido celos antes y ahora tienes una pareja que tiene actitudes que te causan mucha inseguridad y, en consecuencia, celos, tal vez sea más conveniente dejar a esa pareja que intentar aplacar la sensación que te provoca.

Los celos son algo biológico, pues también los animales y los niños pequeños los sienten a menudo. Sin embargo los humanos adultos tenemos la capacidad de razonar, ganar seguridad y evitarlos, por lo que sin duda vale la pena intentarlo. Lo más curioso de los celos es que, si lo piensas bien, no tienen razón de ser, puedes pueden darse dos casos: que tengas motivos para sentir celos o que no los tengas. En caso de tener motivos, si tu pareja decide irse con otra persona no podrás hacer nada por evitarlo, y mucho menos armando discusiones y mal ambiente. Y si no tienes motivos… es innecesario pasarlo mal gratuitamente.

Partiendo de esta base, la manera de solucionar este problema es creando un ambiente de comunicación y seguridad máximas. Sin embargo esto no significa ceder a los caprichos de la persona celosa, como pueden ser que su pareja no salga sin su compañía o saber en cada momento dónde está y con quién. Puede ayudar establecer una rutina en la que se dediquen unos minutos al final de cada día a hablar ambos de cómo ha ido la jornada y todo lo que se ha hecho.

A partir de ahí, será labor de la persona celosa mejorar su autoestima y seguridad para que no aparezcan celos irracionales. Por supuesto toda ayuda externa de un especialista ayudará a mejorar más rápidamente la situación.

Bajo deseo sexual en los hombres

Se suele pensar que los hombres siempre están dispuestos, que tienen un alto deseo sexual de manera permanente. Por el contrario, las mujeres suelen ser acusadas de tener un bajo deseo sexual y no facilitar los encuentros sexuales en ningún caso. Por supuesto, es bien sabido que esto no va unido al sexo sino a personas en particular, aunque los estereotipos siguen estando ahí. Sin embargo, recientemente se empieza a ver una tendencia a la inversa de lo que siempre se ha creído: los hombres tienen un bajo deseo sexual. Pero, ¿es esto posible?

Antes que nada, hay que tener en cuenta que algunos factores externos pueden afectar al deseo sexual y, en estos casos, el bajo deseo sexual poco o nada tendría que ver con la voluntad de la persona. Esto puede ocurrir tomando ciertos medicamentos, abusando de ellos, en estados de depresión u otras condiciones médicas. Además, es habitual que disminuya el deseo sexual a partir de los 50 años a causa de una bajada en la testosterona. En casos de disfunción eréctil también puede ir asociada una disminución del deseo sexual, siendo algo más psicológico que físico.

Pero hablamos de hombres sanos, jóvenes y que tienen un deseo sexual más bajo que el de sus parejas. ¿Por qué puede estar ocurriendo esto? Los estudios apuntan a hombres de entre 30 y 40 años de edad, que no tienen ninguna condición médica que disminuya su deseo sexual y que, sin motivo aparente, buscan cada vez menos a sus parejas para tener sexo y disfrutar de su sexualidad. No es un tema que salga a conversación en el ámbito social, pues la mayoría de hombres temen ver perjudicada su imagen y su “masculinidad”. Sin embargo, de hablarse más del tema tal vez sería más sencillo encontrar la causa y el origen de esta situación que estamos viviendo.

Los profesionales del tema hacen diferentes recomendaciones para los hombres que se encuentren en situación de sentir un bajo deseo sexual, siendo la primera de ellas descartar un problema médico.

– Análisis de los niveles hormonales para descartar desajustes.
– Adquirir hábitos de alimentación saludable (dando prioridad a frutas y verduras).
– Practicar ejercicio o deporte de algún tipo varias veces a la semana.
– Reducir el nivel de estrés en la vida cotidiana.
– Llevar a cabo prácticas sexuales tántricas, dando prioridad a las caricias, los besos y las sensaciones, sin prisa y sin el objetivo de conseguir la penetración y/o el orgasmo.

Cómo NO reaccionar ante una infidelidad

Ante una infidelidad o una traición emocional de cualquier tipo es realmente difícil mantener la compostura y no tener una actitud infantil, vengativa o errónea en general. Pero comportándonos mal cuando descubrimos que nuestra pareja ha sido infiel, no solo le perjudicamos momentáneamente a él o ella, también nos creamos un problema a nosotros mismos a largo plazo.

Cuando descubras una infidelidad y te sientas traicionado y herido, debes intentar mantener la calma por todos los medios y actuar con la cabeza. Piensa dos veces cómo vas a actuar para asegurarte de no hacer nada de lo que puedas arrepentirte, tu serenidad y madurez es la mejor venganza posible. Veamos reacciones concretas que es mejor evitar ante una infidelidad:

1. Montar una escena. Es la reacción inmediata de muchas personas, buscar al infiel y montarle un numerito de gritos y reproches en público. Seguramente en ese momento sientas que el ridículo que puedas hacer es lo menos importante, pero la sensación de rabia e ira va a pasar y aparecerá la vergüenza para quedarse mucho tiempo contigo. Puede que consigas dejar en evidencia a tu pareja, pero también te estás dejando a ti mismo.

2. Airear la situación en las redes sociales. Esta reacción es similar a la anterior y muchas veces van unidas, pero las consecuencias pueden ser igual de humillantes o incluso peores. Cualquier cosa que escribas en Internet puede dar la vuelta al mundo, todos tus conocidos pueden acabar enterándose de lo que ha ocurrido y, aunque para ti la humillación va dirigida a tu pareja infiel, para muchos el objeto de mofa vas a ser tú. No te conviene hacerlo en ningún caso.

3. Culpar y martirizar a el/la amante. La otra persona no es la culpable de lo ocurrido, en ningún caso. Puede que tu pareja emplee la técnica de ir de víctima y culpar a la otra persona, pero no debes dejarte convencer: el culpable es él o ella y no su amante. Piensa que una tercera persona nunca puede ser culpable de una traición que ha habido de tu pareja hacia ti (a no ser que sea algún amigo o familiar, claro está).

4. Sentirte culpable o aceptar una situación que no te agrada. Sin duda es respetable perdonar una infidelidad, incluso hay relaciones más abiertas que permiten los encuentros fuera de la pareja. Pero si no es tu caso y la infidelidad te hace sentir realmente mal y no crees que puedas olvidarlo nunca, lo más conveniente es que dejes esa relación y no mires atrás. Y jamás de los jamases te sientas culpable por lo ocurrido, tu pareja ha tenido mil oportunidades de hablar los problemas contigo y ha sido su decisión engañarte en lugar de hacer eso.

¡No caigas en el sexo vainilla!

Aunque tal vez la palabra no te suene, todos sabemos muy bien lo que es el sexo vainilla. Se trata del término que se utiliza en la cultura BDSM para describir el sexo más convencional. Es decir, hacer el misionero en la cama y de la manera más rápida posible para llegar al orgasmo. Lo que se podría definir como el sexo más básico y simple entre una pareja heterosexual. ¿Tiene algo de malo el sexo vainilla? Desde luego que no, pero haciendo referencia a la metáfora que da lugar a este término: ¿por qué elegir vainilla con la gran variedad de sabores que hay en el mercado?

Existen infinidad de posturas, muchas de ellas sencillas de llevar a cabo (perrito, cowboy, cowboy invertida, cucharita…), de igual manera que existen diferentes sitios de la casa o de fuera de la casa donde se puede practicar sexo bastante cómodamente (mesa del comedor, sofá, encimera de la cocina, el coche…) y juegos sencillos y divertidos (roles, juguetes sexuales, vendas…). ¿Por qué no probarlo todo antes de decidir que preferimos el sexo vainilla antes que cualquier otra cosa?

Está claro que para un primer encuentro sexual el sexo vainilla puede ser el más conveniente, pues la novedad ya aporta gran emoción y es más sencillo que ambos disfruten haciendo prácticas convencionales. Sin embargo, cuando ya se lleva un tiempo en la relación o se tienen ansias por probar cosas nuevas, ¿cómo vamos a olvidarnos del gran abanico de posibilidades que ofrece el sexo? Simplemente cambiando la postura y el escenario, la situación cambia radicalmente y deja de ser sexo vainilla y aburrido.

No caigas en el sexo vainilla

Y es que no hay nada para reavivar la chispa de la pasión como introducir pequeños o grandes cambios en la rutina sexual. Por eso, si estás en esta situación, te recomendamos que no caigas en el sexo vainilla y le des cada día una oportunidad a algo nuevo. Aquí mismo encontrarás gran cantidad de artículos con ideas innovadoras para subir la temperatura en la relación. Como ejemplos: abrir las ventanas, tapar los ojos con vendas, incluir un vibrador en los juegos, caracterizarse como un personaje sexy, pasar la acción a la silla, dejar de lado el coito a favor de otras prácticas… Hasta que no lo hayas probado todo, ¡no podrás saber qué es lo que más te gusta!