Si eres conductor de un vehículo de dos ruedas es imprescindible el uso de casco de protección. La posibilidad de un accidente mortal es tres veces mayor que para el de un automóvil.
Los ciclos aportan un gran número de los accidentes de tránsito, así como de los fallecidos y lesionados por esta causa. Las lesiones más graves se reportan en la cabeza y en el tórax, con complicaciones que provocan la muerte. Los cascos tienen una efectividad de un 67 % en la prevención de lesiones craneoencefálicas.
Usar el casco de protección previene de graves secuelas por politraumatismos al ocurrir un accidente de tránsito. Entre las graves secuelas provocadas figuran el coma, infecciones, síndrome posconfusional, desencadenamiento de psicosis, parálisis espásticas y epilepsias. Además puede dejar afectaciones en columna vertebral, pelvis y extremidades.
No todos los cascos son iguales ni han sido diseñados para proteger de accidentes violentos. Su uso evitará lamentables consecuencias físicas, psíquicas y emocionales y económicas. Estas no solo afectan al accidentado, sino a su entorno familiar y a un conjunto de la sociedad, pues casi siempre estos accidentes se efectúan en cadena.
Si se me olvida el casco regreso a buscarlo pero no ruedo ni un metro sin él.
He salido de prisa y se me olvida el casco, solo que he navegado con suerte.
Tuve un accidente en mi moto y estoy vivo gracias al uso del casco de protección.
Al principio me molestaba pero me fui adaptando a él y sé que es muy útil.