Si estás teniendo problemas con tu pareja en la cama y quieres controlar los tiempos un poco mejor, hemos resumido unos cuantos consejos para que entiendas el porqué de la eyaculación precoz, que ya te adelantamos que pocas veces está causada por un problema físico, así que no te angusties más de la cuenta (¡y por doble motivo, ya lo verás!).

Lo primero que debemos tener presente si estamos teniendo problemas de eyaculación precoz es si se trata de algo esporádico (por muchas ganas, por nervios y estrés, etcétera) o si es un problema que arrastramos desde hace tiempo.

Tras la consulta del médico, te recomendarán que probéis el método del parar y seguir y la compresión; si quieres ahorrarte la visita, empieza por probar con ello y, si no funcionase, ve al médico para descartar problemas de tipo físico.

El “parar y seguir” puedes practicarlo con tu pareja y también masturbándote, y se basa en llegar justo a ese punto antes del “no retorno” y detenerse para mejorar el control sobre tu eyaculación. Al final, terminaremos con el clímax y la eyaculación como normalmente.

Por otro lado, la compresión se basa en comprimir el punto donde el glande se une al pene durante un par de segundos; seguidamente, pausamos el juego sexual hasta que estemos preparados para retomarlo de nuevo (por norma, entre 30 y 60 segundos).

Si esto no funciona, conversar con un profesional será una buena forma de que el médico pueda ver y evaluar los problemas de la relación íntima, mejorar la resistencia sexual y conseguir mejores relaciones.

Algo que también afecta directamente a la relación es el estrés y los nervios durante la relación y en nuestra vida diaria, por lo que si notamos problemas en la cama, deberíamos intentar relajarnos y coger las cosas con más calma; para ello los preliminares y el control de la respiración son dos herramientas buenísimas que harán que tu ansiedad desaparezca.

Por último, en algunos casos quizá debamos entrenar el músculo pubocoxígeo (el mismo que abre y cierra el “pis”, para entendernos y ubicarlo con más facilidad), lo que se conseguirá contrayendo y soltando el músculo entre los testículos y el ano (zona perineal); sin embargo, lo más importante aquí es trabajar siempre con niveles de excitación que podamos controlar durante varias semanas, comprensión de y con nuestra pareja y muchas ganas de seguir mejorando.

Rápidamente comprobarás que, más pronto que tarde, llegan los resultados esperados.

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