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Los días invernales tienen un toque mágico para una cita y lo sabemos bien. No veremos a la chica que conocimos a través de una web de citas luciendo palmito, todo lo contrario, veremos solamente su rostro, ¡y la imaginación va a mil!

Según comenta el sexólogo Jeal Paul Grachet, en una charla sobre excitación masculina, nos motivamos más al tener frente a nosotros esa chica envuelta en bufandas y abrigos, a la que vemos elegante, sexy, juvenil, guapa, o de otras maneras, pero siempre, muy bien vestida, refiriéndome a la cantidad de telas que lleva encima.

Mientras se lleva a cabo la cita en el lugar escogido, algo de ropa se puede ir de su cuerpo, como el abrigo. Ahí ya va subiendo la temperatura porque va notándose su anatomía con algunos pequeños detalles. Si la cita es en una sala de fiesta, el vestido es el que destaca el cuerpo, o la blusa, mientras se mueve, puede intuirse como son sus senos, caderas, brazos, cuello…, y por supuesto, la mujer que tenemos frente a nosotros nos va dando una lección de striptease, que nos viene a pedir de boca.

Cogidas de mano, besos, cuerpos pegados, se van sucediendo poco a poco hasta que ya el pene necesita sexo y la chica tiene su vagina bien mojadita, ¡llegó la hora del coito!

Si están en una habitación con desnudez total,  el sexo allí es perfecto, pero si no hay mucho lugar privado, se destapan los en su pecho o en sus pelvis para tener sexo en un rellano de escaleras, un parking, o en otros lugares pero eso sí, ¡cuidado con calentarse demasiado para tener sexo en la calle o en sitios abiertos!, el calor de los cuerpos a veces engaña y mientras estamos  ardiendo de deseo ni notamos el frío, ¿te  suena de algo?, pero la temperatura sí está baja y el resultado llega inmediatamente después.

Tu cita de invierno es maravillosa, pero haz que sea mejor aún previniendo todo lo que sucederá y preparando tu estrategia para el momento de la relación sexual.