Se habla mucho de la masturbación al hombre, pero ¿y a la mujer? Muchas veces parece que sólo sean ellas las que tienen que dar placer con sus manos y con frecuencia, al estar algo olvidado, pierdes la técnica. O incluso peor, ¡realmente nunca supiste cómo hacerlo!
Primero tienes que conocer ese órgano. El clítoris tiene cerca del doble (8.000) de terminaciones nerviosas que el pene, pese a que el pene es del orden de 550 veces más voluminoso en estado fláccido. Por lo que a la hora de manipularlo dará más juego y será exclusivamente a través del mismo por el que en la mayoría de ocasiones alcanzará el orgasmo.
De modo que lo más recomendable es centrarte en el clítoris. Antes que nada procura tener las manos limpias y lubricar con anticipación la vagina. Para ello, estimúlala con caricias y besos por el cuello y la boca para tratar de transmitirle emociones. Es importante para que ella se sienta bien y empiece a lubricar. Ya que si la zona no está húmeda puede llegar a ser molesto o producirle alguna irritación.
Después desliza esa lubricación por toda su vagina con tus dedos y vuelve a estimular su clítoris; es excelente si la otra mano que no estás usando, toca sus senos o su cabello o cualquier parte sensible de su cuerpo.
Con tus dedos adentro, y tu otra mano con los dedos en el clítoris, comienza a dar movimientos circulares, los dedos que están adentro deben hacerlo pegándose a las paredes del cuello y tracto uterino, puesto que a las mujeres les gusta la presión en esta zona; y los dedos que presionan el clítoris, deben hacer los movimientos circulares alrededor de él, no por encima.
Este movimiento de vaivén acompañado de todos los pasos previos descritos seguro le harán llegar al orgasmo, pero recuerda que hay mujeres que no les gustan que otros hombres las masturben. Bien porque han tenido malas experiencias o porque no logran estimularse. En estos casos no insistas y prueba otras formas de complacerla.