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5 razones para NO volver con tu ex

Sí, lo sabemos, cuando terminas una relación le echas de menos, estás triste y piensas que ha sido un error dejarlo. Aunque, en el fondo, lo que te ocurre es que tienes miedo de no seguir practicando sexo al ritmo que te gustaría, ¿verdad? ¡Pero eso no es una razón para volver con tu ex! Piénsalo bien: si lo habéis dejado, es por algo, y para practicar sexo tienes a miles de personas más. Vamos a darte 5 razones para no volver con tu ex que te terminarán de convencer de que tienes cosas mucho mejores que hacer:

Razón 1 para NO volver con tu ex:

Las relaciones que entran en la dinámica de romper y volver una y otra vez son las más infelices. El momento de subidón de la reconciliación y los 2 o 3 días de sexo salvaje no te van a compensar los próximos meses de rupturas y tristeza cíclicas. ¿Por qué no te centras en pasar página y buscar algo mejor?

Razón 2 para NO volver con tu ex:

Debes demostrarte a ti mismo que no dependes de nadie. Volver por tristeza, miedo o soledad es una manera de infravalorarte y darle más importancia de la que merece a esa persona. Céntrate en quererte a ti mismo, en disfrutar al máximo y muy pronto se te pasarán totalmente las ganas de reconciliación.

Razón 3 para NO volver con tu ex:

Te estarías perdiendo mil peces más por pescar. Todo el tiempo que estás perdiendo echándole de menos y decidiendo si intentas recuperar la relación o no, es tiempo que podrías haber aprovechado para pasar el duelo de la relación rota y conocer a muchas otras personas. Vamos, que cada minuto que le dedicas a una historia del pasado, es una relación del futuro que puedes estar perdiendo.

Razón 4 para NO volver con tu ex:

¡Aprovecha el sexo sin compromiso! A ver, ¿qué es lo peor que tienen las relaciones estables? Que no puedes hacer lo que quieras con quien quieras sin tener que ir a escondidas. Pues ahora es el momento de disfrutar eso antes de que aparezca otra persona que te enamore. ¿Por qué no te pasas por Fuego de Vida y descubres todo lo que te estás perdiendo?

Razón 5 para NO volver con tu ex:

Lo que os hizo romper os hará romper una y mil veces más. La única manera de que valga la pena volver con un ex es que haya pasado el tiempo y ambos hayáis madurado. Dejarse llevar por la pena del momento es la peor manera de reintentar una relación. ¡Piensa en el futuro y lo que tenga que ser, será!

Aumenta tu frecuencia sexual.

Porque cada persona es un mundo, cada uno tiene un deseo sexual diferente que va cambiando en las diferentes etapas de una relación y de la vida. Cuando se tiene pareja, es importante que ambos miembros conozcan sus propias necesidades y las de su pareja para intentar conectar y conseguir siempre una frecuencia sexual que satisfaga a ambos.

Sin embargo, a veces los miembros de la pareja tienen necesidades y deseos sexuales muy diferentes, deseando cada uno una frecuencia sexual que difícilmente encaja con la de su compañero o compañera. Aunque no existe una frecuencia sexual correcta, sí es recomendable que ambos miembros se encuentren contentos y satisfechos con la frecuencia sexual para asegurar una convivencia feliz.

Existen maneras de aumentar la frecuencia sexual en una pareja, siempre que el problema venga dado por rutina o monotonía y no por problemas físicos.

1. Hablar de vuestras preferencias: ser sinceros el uno con el otro y contar con detalles y sin tapujos aquello que más os excita y más os gusta es la única manera de conseguirlo. Porque nadie puede leer la mente, cuanto más claros seamos con nuestras parejas, más satisfactorios serán los encuentros sexuales y más querremos repetir.

2. Comprender y satisfacer a tu pareja: cada persona tiene un ritmo y una respuesta biológica diferente durante el sexo. Llegar a entender cómo responde el cuerpo de nuestra pareja a cada estímulo nos ayudará a asegurarnos de satisfacerle siempre. Un sexo satisfactorio conseguirá que ambos queráis repetir más frecuentemente.

3. Ampliar vuestras fronteras: repetir las mismas dos posturas durante años y años puede aburrir a cualquiera, es importante darle emoción y novedad al sexo para que se convierta otra vez en algo excitante. Intentad posturas nuevas, incluid elementos externos, dedicad tiempo a probar cosas nuevas, sin prisa. Algunas cosas saldrán mal pero otras saldrán muy bien y conseguirán que estéis deseando probar la siguiente postura.

4. Cambiar los roles: incluir novedades como que lleve la iniciativa quien normalmente se deja llevar y a la inversa conseguirá darle un aire totalmente nuevo a vuestras sesiones sexuales. Estableced previamente quien tendrá qué rol para aseguraros de que todo fluye con naturalidad.

5. Es hora de cumplir las fantasías sexuales: puede que os las hayáis contado o que no, puede que ya hayáis intentado llevarlas a cabo y que haya salido mejor o peor… Pero si queréis darle un aire totalmente nuevo al sexo y aumentar vuestra frecuencia, es sin duda el momento de confesar todas vuestras fantasías y poneros manos a la obra para llevarlas a cabo una tras otra. ¡Seguro que lo pasáis en grande!

Relaciones abiertas o liberales

Todos hemos conocido algunas parejas que aseguraban tener relaciones abiertas y felices. Estas parejas son aquellas que, aunque tienen una relación estable e incluso viven juntos o están casados, ambos miembros de la pareja tienen la posibilidad de tener encuentros sexuales con otras personas. Pueden darse diferentes matices, pero esta es la idea básica. Y, aunque suena muy bien, muchas veces es difícil creer que este tipo de relación abierta o liberal no traiga problemas a la pareja.

Para aquellos que solo conocen las opciones de fidelidad o infidelidad, aceptar este tipo de relación como algo posible y, sobre todo, feliz y aceptado por ambas partes, es algo difícil de asumir. Y es comprensible, pues nuestro modelo de sociedad y nuestra cultura nos han inculcado la monogamia y las relaciones estables y fieles como el cénit de la felicidad. Así, cuando oímos hablar de este tipo de relaciones es difícil creer que ambas partes sean felices sabiendo que su pareja tiene relaciones sexuales con otras personas y no solo lo acepten, sino que lo celebren.

Sin embargo, sabiendo que cada vez más gente confiesa que le excita imaginarse o ver a su pareja manteniendo relaciones sexuales con otras personas, no parece tan descabellado llegar a tener una relación abierta. Posiblemente lo más difícil de creer de las relaciones abiertas es que ambas partes estén de acuerdo con ello, pero, ¿por qué no van a emparejarse dos personas con este mismo deseo?

En la era moderna existen tantos tipos de relaciones como personas y puede darse el caso que dos personas sean felices en una relación estable, con confianza y amor mutuos, pero que también deseen tener relaciones sexuales esporádicas con otras personas. A partir de ahí, es una cuestión de confianza que la relación siga adelante felizmente o que los celos y la falta de confianza hagan su aparición y terminen con dicha relación.

Sea como sea, lo que está claro es que para que una relación sea feliz y tenga futuro, ambas partes de la relación deben estar satisfechas sexualmente y felices con lo que les ofrece su pareja, ya que en caso contrario será cuestión de tiempo que uno o ambos busquen otras personas para satisfacer su apetito sexual y vivir su sexualidad plenamente. Así pues, asegúrate de mantener a tu pareja satisfecha y de reclamar lo necesario para estar satisfecho tu mismo y, en caso de no ser posible, tal vez es el momento de plantearse un cambio dentro de la propia relación o fuera de la misma.

Conversación primera cita

Por muy controlado que creas tener todo lo que envuelve una primera cita, siempre hay cosas que no se pueden dominar con anterioridad, por ejemplo: «lo que se va a hablar». Puede que tengas una idea de los temas que te gustarían sacar durante el encuentro, pero va a depender del momento y de las circunstancias. Aún así, conviene resaltar ciertos temas que es mejor no hablarlos en una primera cita.

– Política. La buena educación ya te aconseja que no trates de temas políticos en ninguna reunión social (a no ser que sea una reunión con fines políticos, entonces sí). Es muy lícito hablar de tus sentimientos e ideas políticas, pero nadie te asegura que vayas a coincidir con la otra persona. Pueden ocurrir varias situaciones: que la otra persona se incomode, que no quiera decir su inclinación política, que no le interese, o que sea contraria a tus ideales (en ese caso pasará de charla a discusión, prepárate). Quizá es preferible comenzar con preguntas sobre distintos temas actuales, tratándolos por encima, pero que te puedan orientar sobre lo que la otra persona piensa.

– Religión. Sin lugar a dudas es otro tema conflictivo, pero además en este caso, hay mucha gente que prefiere vivir su espiritualidad de una forma muy íntima, con lo cual, ante tus preguntas, o se molestará, o te mentirá. Y ya sabemos que las mentiras no es una buena forma de conocer a una persona.

– Sexo. Está claro que si estamos conociendo a una persona el sexo y todo lo que tenga que ver con él, será lo que más nos interese de todo. Eso no quiere decir que tengamos el derecho de incomodar a la otra persona hablando de su sexualidad, o de la tuya. Quizá, en este tema, es mejor empezar descubriendo con la práctica, y poco a poco, a medida que la relación avance y tengáis más confianza, comiencen las preguntas sobre este tema.

Independientemente de que existan asuntos que conviene no sacar durante una primera cita, hay múltiples y variados temas de los que sí que podemos hacer uso cuando nos encontremos frente a la otra persona. Por ejemplo, podemos hablar de cosas que le hagan reír (le harán sentirse relajado y podrás disfrutar de su humor), de su último viaje (descubrirás si le gusta viajar y puede que te cuente alguna anécdota), o de qué trabaja (te mostrará aspectos de su personalidad que puede que te interesen).