Es notable ver la envidia por un tipo de mujer, que es centro de admiración para ambos sexos. Me estoy refiriendo a la mujer emprendedora.

El carisma de estas mujeres es siempre atrayente, lógico, son capaces de competir en trabajos muy competitivos con cualquier hombre, además de llevar su vida con fuerza, independencia y protagonismo. Conocidas como guerreras en muchos casos, su fuerza radica en el control de situaciones de cualquier tipo, sobre todo, de esas situaciones limítrofes.

Pero no nos llevemos un engaño, este tipo de mujer no siempre resulta triunfadora, sobre todo, en la relación de pareja. Generalmente, aunque es admirada, el hombre huye de quién puede controlarle su vida quitándole independencia, pues si son fuertes en su trabajo, en sus relaciones personales también tratarán de llevar el liderazgo.

Los hombres que se unen a estas mujeres son, por lo general, de baja autoestima pues necesitan estar unidos a una mujer fuerte que les brinde su luz. Ellos, por sí mismos, son incapaces de triunfar ni de labrarse su destino. Por supuesto que hay una contradicción grande entre los dos que forman esta pareja, pues poco hay de común entre ambos como no sea un deseo sexual.

La mujer guerrera, independiente y triunfadora, carece muchas veces de afecto porque no es capaz de encontrar el lado espiritual de una relación, y siempre ve el lado práctico de lo que le rodea. Está bien que no sueñe con un modelo inexistente de pareja, pero también hay que dejar una puerta abierta a la pasión, al deseo, a la fantasía, porque la vida se basa en estos pequeños detalles que compensan cada situación.

El temor a perder el control que tienen de su vida obliga a estas mujeres tan activas y emprendedoras a buscar sus parejas de manera ocasional.  Las webs de citas como Fuego de Vida esconden en sus perfiles muchas de ellas, incapaces de hallar a su alrededor el hombre que le dé placer y con el que disfrutar un poco el sexo ocasional y solo en estas parejas online donde existe tanta privacidad pueden destapar sus deseos sin ser identificadas.

Antes te encantaba, ahora la relación sexual te da igual, ¿qué sucede con tu libido? Situaciones como estas se dan día a día, por lo que tenemos que reconocer que es muy común el fenómeno de la asexualidad en ambos sexos.

Buscar las causas de este problema no es perder el tiempo, todo lo contrario: es asegurar que la vida vuelva a dar sonrisas, optimismo y placer.

Incapacidad para salir de la rutina. Esta “amiga de las parejas”, la rutina, siempre llega sin que la manden a buscar. Difícilmente podemos salir airosos de su presencia si no tomamos medidas a tiempo. Averiguar qué está sucediendo en la cama, si es cansancio, costumbre, falta de motivaciones emocionales, necesidad de escapadas con más frecuencia, son solo algunas de las causas que motivan al desamor y a la falta de deseo.

Un consejo: decidir entre ambos la manera de recuperar la emoción sexual.

Sexo sin iniciativas: Es lógico que de todo nos aburramos, hasta de ese sexo loco que nos pone a gozar con solo imaginarlo. El problema está en que hay que evitar estancarnos en lo mismo, buscar posturas, juegos, ambientes distintos, en fin, que siempre se puede recuperar la sexualidad si buscamos nuevas iniciativas.

Un consejo: Asegúrate de que tu pareja también desee realizar el sexo como has pensado, sobre todo, si eliges llevar a la cama sexo de alto voltaje con juguetes eróticos, de los que hay cientos en el mercado.

Falta de comunicación: Parejas que al principio tenían una química especial, la dejan a un lado cuando avanzan los días y poco a poco se nota hasta silencio en sus momentos más íntimos. Mantener la conversación sobre temas que interesen a ambos es indispensable para que al llegar al sexo, conversen, experimenten dulzura, deseo y placer con las palabras.

Un consejo: El momento de la relación es mágico si se combinan todos los sentidos, hay que sentir al tacto, hay que oler, probar, escuchar, es la mejor manera de que cada coito sea único e irrepetible.

Adoro como nadie los ligues por internet, porque sus ventajas las considero más valiosas que sus desventajas.  Al contactar una pareja en una webs de citas, puedo olvidarme de:

– Andar con prisas porque tengo que llegar a tiempo a  una cita presencial. Desde mi móvil o el ordenador accedo rápidamente con quien desee, aún estando en un descanso del trabajo, en el gimnasio o hasta en el trayecto de un viaje, ¡fácil y rápido!

– Pasar horas frente al espejo para lucir perfecta, y pasar horas en la peluquería, o probando ropa o maquillando mi rostro.

– Hablar sobre mi pasado y futuro, todos sabemos de qué va esto y cuando escribo demoro más en expulsar mis ideas, por lo tanto, entre una cosa y otra, solo hablamos del presente y de la posible cita.

– Cierro mi perfil inmediatamente cuando no me conviene el chico que escogí al azar. Esto sucede mucho, pero en una pareja presencial es más difícil terminar con esa relación sin que me acose después o tenga que dar explicaciones.

-Cuando me pongo bien excitada, digo todo lo que deseo a la vez que repaso una y otra vez sus anteriores mensajes picantes. Si por casualidad en ese momento está conectado también, es perfecto, si no lo está, de la misma manera sus palabras escritas me sirven, las leo y revivo sus deseos a cada minuto.

– Andar con cautela evitando que no me ofrezca alguna bebida que puede resultar peligrosa, ha sucedido a menudo, un poco más de alcohol o alguna droga terminan en un efecto desastroso.

-Libro de que en la cama se exceda más de lo que yo quiera. Soy muy liberal en el sexo pero tampoco me placen algunas prácticas con el primero que encuentre.

Tan segura y  relajada  me encuentro en estas citas secretas, que a veces me resulta imposible llegar al orgasmo con un chico cuando vamos a la cama. Según mis amigas, tal parece que me voy convirtiendo en adicta a estos encuentros virtuales, pero da igual, me gustan, ¡ y lo aconsejo a todas!

 

¡Cuántas veces nos han dicho que una pareja feliz es aquella que “se compenetran en todo, tienen buen sexo, comparten sus mismos gustos” y ya. Creo que por muy bien documentados que estén los que escriben esto, les falta un detalle importantísimo: una pareja es feliz cuando entre ellos hay tan buen rollo, que siempre sacan sonrisas y risas entre los dos.

Mi argumento está basado en todos esos comienzos de relaciones donde se acercan en la calle con una sonrisa en los labios y la emoción en el pecho o sus pelvis excitadas; cuando al estar juntos solo los dos, fluye de manera muy fácil la risa, todo desemboca en el buen humor y nada amarga la relación. Este detalle, amigos, es el secreto de la buena relación de pareja.

¿Se han preguntado cuando comienza a agrietarse la relación? Exacto, cuando hay caras serias, ya sea por alguno de estos motivos:

Celos

Aburrimiento

Desencanto

Incomprensiones

Problemas económicos o familiares

Infidelidades

Si alguna de estas situaciones aparece en medio de la pareja y causa un conflicto, se acabó la risa, la sonrisa y el buen rollo. Por supuesto, este es el motivo por el que uno de los dos, aunque no deje a su pareja, busque otra segunda opción para la infidelidad porque necesita pasarlo bien, con optimismo y tener un rato divertido.

Solo hay que ir a los perfiles de las páginas de contacto para comprobarlo. ¿Qué buscan los usuarios que hay en ellas, y que se aprecia perfectamente en sus perfiles? “busco una pareja divertida para pasarlo bien, buen rollo”. Está clarísimo, esta persona tiene otra pareja que no le ofrece nada de felicidad, entre ellos no hay sonrisas al llegar, no hay risas, no hay buena química.

A todo esto hay que sacarle una enseñanza: si vas a ligar en las webs de citas, ni se te ocurra entrar en ellas despechado/a, recordando algún mal momento amoroso. A estas páginas se va a disfrutar, a buscar el goce, la felicidad que no encontramos en la vida diaria,  tu perfil tiene que demostrar que te gusta reír, que eres divertido/a, y que darás a esa pareja el mejor momento que desean. No lo dudes, te lloverán propuestas.