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Este tipo de persona es fatal en una relación de pareja. El egocéntrico, ya sea hombre o mujer, busca ser el más importante y reduce a su media naranja a lo más ínfimo de la escala humana.

¿Cuándo se presentan estas características? Sucede cuando esa persona  se cree mejor dotada físicamente, o se cree superior en la intelectualidad, o entre otras cosas, porque es la que es dueña de cierto poder económico, que le permite chantajear a su pareja. Por supuesto, no son los únicos casos. Es muy común también cuando uno de los miembros ama con locura, y el egocentrista, por supuesto, se deja amar, pero no cede ni un ápice para hacer recíproco ese amor.

Estas parejas las encontramos cuando el miembro que se encuentra en posición inferior la acepta para tener una reputación alta  ante los demás, o un estatus económico que de otra forma no tendrían, y hasta para mantener el ser al cual ama, por qué no.

Pero en todos los casos, pierde muchísimo: dignidad, autoestima, respeto, decisiones propias, se convierte en la persona más opaca del mundo, y si alguna vez logra salir de esa relación humillante, sale llena de cicatrices. Los egocéntricos se llevaron consigo toda su energía positiva.

Las axilas y las piernas deben lucir impecables. Para ello puedes hacerles la depilación con cera  para eliminar las vellosidades demasiado evidentes.

Al utilizar este método la piel luce súper suave. Trabaja atrapando los vellos en la capa cerosa que, al ser retirada, los arranca de raíz. Pero, ¡duele! Por eso es mejor que este tratamiento lo hagas con mucho cuidado y paciencia o acude a un especialista.

Ten mucho cuidado con las partes sensibles, como la cara inferior de los muslos y el área del bikini. No existe evidencia que empleando este método, el vello demore más en volver a salir.

El vello debe estar lo suficientemente largo para que la cera lo agarre. Es mejor después de dos o tres semanas desde la última depilación. Así el vello ha crecido ligeramente. No olvides proceder con cuidado, y tratar  la piel antes de comenzar el proceso.

 

A la hora de maquillarte  debes tener en cuenta algunos consejos, como el de conocer las luces del lugar al que vas asistir, el color de tu cutis, y hasta los tonos de todos los afeites que vas a utilizar.

A la viva luz natural inclínate por tonalidades claras, frescas, como las de las flores: amapola, rosa, clavel. En las luces artificiales, emplea tonos más sostenidos, más agresivos, algo más marcado.

Si tienes el cutis bronceado, elige un tono de fondo un tanto rosados, así como lápiz labial rojo (cálido, puro), o quizás coral. Sea cual fuere la armonía elegida, no emplees polvos demasiado oscuros o demasiado coloreados,  ni tampoco demasiado claros, modificarían el tono general del maquillaje.

Es importante probar los afeites antes de comprarlos. Escoge una tonalidad conveniente. Aplícate un poco en la parte interior de la muñeca, donde la epidermis tiene, generalmente, el mismo color y la misma granulación que el rostro.

 

 Cuando comenzaron a popularizarse los baños de mar, las mujeres europeas tenían mucho cuidado al exponerse al sol. La moda era una piel muy blanca, pues era el color de la aristocracia.

 Para mantenerla llevaban amplios sombreros y hasta sombrillas. De veras que no me imagino a la hora de introducirse en el agua esos accesorios. Y es que la piel bronceada era la de los pobres, porque obreros, campesinos, comerciantes, y por supuesto, vagabundos, tenían que exponerse necesariamente a los rayos solares y sus pieles aparecían “curtidas”, “sucias”, que eran los calificativos que llevaban.

Hoy, llevar un bronceado, es uno de los propósitos de casi todas las mujeres y también de los hombres, los que acuden a los balnearios con el fin de lucir un cuerpo llamativo con ese tono de color…”más subido”.